Año Nuevo.

-Buenas noches, señor Año. 
Lo hemos estado esperando desde hace algunos días. Necesitamos hablar con ud.

Aparentemente, es un asunto serio, el señor Año es recibido alegremente, como cualquier otro, pero; hay algo extraño en la mirada de éste tipo. El lugar es muy elegante. El señor Año se esperaba un buen recibimiento, pero no se imaginó algo tan excesivo. Es un hombre modesto.

-¿De qué se trata?- Dice al fin, un poco impaciente.
-Es necesario que lo hablemos en privado.
-Su tono me está asustando un poco, señor...
-Llámeme señor T, por favor.

Se dirigen a la habitación del señor Año, y siguen con su diálogo ligeramente hostil.
-Vea, señor T, sé bien que soy nuevo en ésto; pero considero excesivo que haya tantos acertijos. Ya estoy aquí. Comenzamos la sociedad y ya, por favor déjese de...
- ¿Quiere beber algo?
-No, gracias. Ya bebí bastante antes de llegar a éste lugar. La gente se tomó en serio esto de recibirme... ¿sabía?

Después de una pausa, y un par de sorbos de Wisky, el señor T se sienta en una de esas butacas de tercipelo rojo, mira su reloj, corroborando que no haya pasado demasiado tiempo a partir de que está vigente el contrato del señor Año. El señor Año, comienza a molestarse, cree que ésto es demasiado, que la gente está obsesionada y que el señor T debería limitarse a seguir el plan laboral, y dejar de creer en las historias que se inventan los improductivos... -y vaya que hay muchos por ahi...-.

-Señor Año. Hay contactos que afirman que ud, no va a completar el ciclo laboral. Ha mostrado toda una estrategia de su plan; pero lamentablemente no tenemos pruebas, así que. Tengo que preguntárselo a usted... por las buenas, o ...
- Ah! resulta que un charlatán viene a blasfemar sobre mí, y es a él a quien creen! y encima de todo, tengo que confesar mi plan de largarme antes o sino que?
-Pues si no, me veré obligado a terminar el contrato con ud.
-No seré quien quede mal entonces, he leido la letra pequeña, nada puede hacer ud.

El señor T levanta la voz, desesperado
-¡Dígame la verdad, señor Año!-...se calma.- Disculpe ud. Señor Año. He tenido un día difícil, no se imaginará... son muchos los locos que andan por ahi, y sí, alguno confiable, me dice que no confíe en ud. Y no sé que hacer, tengo hijos...- El Sr. T comienza a ponerse nervioso, confuso, indeciso...-.
... Señor Año, dígame que no se irá antes de que acabe el contrato!! por favor!, dependo de ud, y lo sabe!
Ud. tiene el control y lo sabe. Y yo no puedo hacer nada. 
Soy mas fuerte, pero, de nada sirve usar la fuerza contra ud. ... de nada...!

El señor T se calla, se queda absorto ante sí mismo. El señor Año espera pacientemente a que pase la crisis del señor T.
-Lárguese, señor T. Que no viviré para ver como acaba ud. Y quizá, no viva para acabar mi contrato; 
¿por qué viene a mi a decirme lo que los locos quieren hacer? si no está en mis manos!
Pero le agradezco que me lo dijera. Estaré listo. 

El señor Año se sirve un Wisky. Entonces es cuando el señor T decide irse, pero cae sobre la alfombra. Se siente mareado, no respira bien, está intoxicado;
El señor Año llama a recepción, que llama a la ambulancia. Minutos mas tarde, -largos minutos saben como está. Aparentemente muy mal. Ha tomado algo muy fuerte que lo intoxicó y es probable que no salga de ésta. 
El señor Año sale de su cuarto. Ve hacia atras. "2012"... entonces piensa:  Pretenden hacer creer a todos que antes de diciembre ya no estaré. Pero lo único que querían esos locos era matar al Tiempo... no entiendo por qué lo toman tan personal, por qué reirse de los ingenuos... Sólo hacemos nuestro trabajo.

El señor Año bebe Wisky y murmura: "Pero el señor T es duro. No viviré para ver cómo acaba"



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