Encuentro con especies traídas desde lejanos lugares

Todo comenzó cuando delante de mi se sentaron unas extranjeras turistas.
Son muy fáciles de identificar, porque ademas de que suelen tener un color mas claro de piel, ojos y pelo que el resto de individuos que proliferan por la zona, tienen distintos tipos de ropa al de los individuos que proliferan por la zona.
Se combinan ropas y complementos según amanezcan por el lado izquierdo o derecho de la cama. Sin seguir la moda, y les quedan bien. La moda, se la invento alguien que también se levantaba por uno de esos dos lados de la cama, por supuesto, la diferencia es que a ellas no las sigue el resto del mundo.

Yo iba sentada, viajando en el transporte publico, y casi no había pasajeros sentados por allí. A mi lado, derecho e izquierdo no había nadie. Yo iba sumida en mi lectura de viaje, (o en mis pensamientos, cuando me distraía) tan a gusto, (sin nadie mas que me distrajera de mi concentración absoluta) hasta que ellas llegaron.

¿Como se que eran turistas?
Las tres muchachas jóvenes, se sentaron y sacaron cada una su teléfono, y comenzaron a tomarse fotos a si mismas, en pleno transporte público. Claro, a todo el mundo le gusta el transporte publico, tanto que se toma fotos allí. 
Pero por que no tomar un poco de su actitud y ver el lado bueno del transporte publico, y tener un recuerdo de el, (sobre todo, estando vacío) con sus magnificas ventanas,  sus asientos reservados que nadie cede y sus pintorescos colores.

Ademas deambulaban solas por el mundo, esta sociedad tan corrompida, tres criaturas inocentes... lo que hay que ver, bla, bla, bla. Sin preocupaciones de tareas, trabajos, familia, ni nada. Despreocupadas totales. Utilizando el espacio a su antojo, (eso si lo hacemos todos cuando hay espacio, y quien diga lo contrario ¡miente!) iban de un lado para otro viéndose a si mismas en sus teléfonos y haciendo diversas muecas.

La que no pasa de moda es la mueca de sacar la lengua, otra sonreía, otra hacia un gesto de gritar, siempre sin perder la sonrisa, y cambiaban el gesto cada click. Luego guiñando un ojo, luego los dos, luego serias, y así infinidad de gestos todos felices. (Las hay quienes hacen cara de aburrimiento, sueño, tristeza, susto, enojo y otras posibles emociones). 

Así que toda esta descripción me distrajo de mi lectura, mis pensamientos y mi recorrido, (pero no importaba porque me la pasaba bien viendo el espectáculo). Entonces me pase de donde tenia que bajarme, con tal suerte que tuve que bajar en la parada mas frecuentada por extranjerxs de todas las edades, el centro de la ciudad. Como todo esta cerca no importaba caminar un poco mas, pero en cuestión de minutos me vi rodeada de gente mas blanca que yo, mas rubia que yo... bueno, rubia, y de ojos claros. A las patojas, las perdí de vista rápidamente entre aquel mar humano.

Es entonces cuando mis pensamientos en vez de volver a mi lectura, piensan en la ley de la relatividad y me pregunto, rodeada de gente distinta de mi, y todos iguales entre si... ¿Quien es ahora la extranjera?

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